La IMF

QUIÉNES SOMOS

La Institución Milá y Fontanals de Investigación en Humanidades (IMF) fue creada el año 1968 con el objetivo de agrupar en un solo Instituto todos los centros de humanidades que el CSIC tenía en Barcelona. La diversidad de centros que en aquel momento se dedicaban a las humanidades explica la diversidad temática de las investigaciones que se llevan a cabo hoy en la IMF, y que se incluyen en cinco áreas de estudio: la Antropología, la Arqueología, los Estudios medievales, la Historia de la ciencia y la Musicología, que se agrupan en dos Departamentos: Arqueología y Antropología; y Ciencias Históricas: Estudios Medievales, Historia de la Ciencia, Musicología.

Institución Milá y Fontanals de Investigación en Humanidades

La IMF nació en 1968. Sin embargo, si se quiere conocer su historia, debe retrocederse hasta los años anteriores a su nacimiento, ya que esta institución es el resultado de la agrupación en un solo centro de los catorce institutos, departamentos y secciones del CSIC en Barcelona que se dedicaban a la investigación en humanidades. El más antiguo era el Instituto Español de Musicología, fundado en 1943 por el musicólogo Higinio Anglés, cuya pionera labor tiene continuidad en la actual área de Musicología de la Institución Milá y Fontanals de Investigación en Humanidades. Además de este, el CSIC tenía en Barcelona el Instituto de Derecho Comparado, el Centro de Etnología Peninsular, la Escuela de Estudios Hebraicos y Oriente Próximo, el Instituto Español de Arqueología y de Prehistoria, la Escuela de Estudios Medievales y la Escuela de Filología de Barcelona, entre otros.

«Los centros de humanidades de Barcelona, sin ningún cambio en sus títulos actuales y las respectivas actividades científicas […] deben constituirse en un solo centro que […] se llamará Milà i Fontanals y que tendrá sede en la oficina principal de la Delegación.»

(Reunión de la Comisión permanente de la Delegación del CSIC en Barcelona, 24/04/1967)

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La primera junta directiva de la IMF estaba formada por el dr. Josep Vives Gatell (director), el dr. Lluís Pericot (director adjunto) y el dr. Emilio Sáez (secretario). Los centros unidos en 1968 constituían un apéndice de los paralelos que ya existían en Madrid, lo que implicaba que no se contaba con personal que trabajara exclusivamente en las secciones de la IMF, sino que los investigadores que formaban parte de la Institución trabajaban también en otros centros, sobre todo en la Universitat de Barcelona.

Aunque ya había habido modificaciones en la organización y estructura del centro, fue en 1984 cuando la IMF se convirtió en una institución independiente, con un equipo propio, de manera que los investigadores que eran también profesores de universidad dejaron de trabajar en la IMF. Otro cambio significativo llegó en 1994, en el que la Institución pasó a organizarse a partir de departamentos. Desde 2003 se articula administrativamente a través del Departamento de ciencias históricas (estudios medievales, historia de la ciencia y musicología) y del Departamento de arqueología y antropología.

El edificio

Entre los s. IV y V vivió María Egipcíaca, una cortesana que desde muy joven había llevado una vida de prostitución a Alejandría hasta que en un viaje a Jerusalén se sintió arrepentida y pasó cuarenta y siete años retirada en el desierto, más allá del río Jordán, hasta el día de su muerte.

En 1409 se fundó en Barcelona la Casa de les Egipcíaques, dentro del recinto que resultó de la unificación de los hospitales de la ciudad en uno solo: el Hospital de la Santa Creu. Esta institución, dirigida por el Consell de Cent, fue creada para recluir a mujeres a las que se atribuía mala reputación y a las que se conocía como «arrepentidas»: el objetivo era

recullir ffembres públiques peccadores e altres fembres orrades qui no hagen marit per fer penitència» [recoger mujeres públicas pecadoras y otras mujeres que no tengan marido para hacer penitencia].

(AHCB, Consellers, Eclesiàstics i Inquisició, 1C.XVIII-3/7, f. 2r. 1410. Citado por Benito Julià, Roger (2018). http://diposit.ub.edu/dspace/handle/2445/130844)

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En 1567, se construyó en la calle del Carme el monasterio de Nostra Senyora de la Victòria, que acogería a una parte de las mujeres recluidas en la Casa de les Egipcíaques, las que habían ejercido la prostitución. Este monasterio tenía sede en el edificio que hoy acoge la escuela de educación infantil y primaria Milà i Fontanals. En la Casa de les Egipcíaques permanecieron sólo las mujeres adúlteras. Este primer establecimiento es el que da nombre a la calle donde hoy se encuentra la sede de la Institución Milà y Fontanals de Investigación en Humanidades.

El edificio actual de la calle de les Egipcíaques fue inaugurado en 1954, y ya entonces acogió la sede de la Delegación del CSIC en Cataluña. Posteriormente también se alojaron en él los distintos institutos y secciones que formarían el centro que hoy conocemos. Está situado en frente de la Biblioteca de Catalunya y del Institut d’Estudis Catalans. El edificio de la IMF queda unido con el edificio del Institut d’Estudis Catalans, la antigua Casa de Convalescència, por un puente que da a los jardines Mercè Rodoreda.

El edificio aloja también la Residencia de Investigadores, con entrada por la calle Hospital. Esta residencia es un consorcio público creado en 1993 por el CSIC y la Generalitat de Catalunya con el objetivo ofrecer un espacio para alojar a profesores e investigadores en visita a Barcelona, y organizar actividades científicas y culturales.

El barrio

La sede de la Institución Milá y Fontanals de Investigación en Humanidades está situada en la calle de les Egipcíaques, en el corazón del barrio del Raval. La palabra catalana raval (en español, rabal o arrabal) viene de la palabra árabe rabaḍ, ‘barrio’, y se refiere a una zona de una ciudad situada fuera de la muralla. Este barrio de Barcelona lleva este nombre, pues, porque fue construido en territorio de extramuros, aunque posteriormente acabó quedando dentro del perímetro de las murallas de Barcelona con la ampliación del territorio fortificado en el último cuarto del s. XIV.

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En la Edad Media el barrio del Raval era un sector de la ciudad lleno de huertas donde se instalaron instituciones hospitalarias (el Hospital de la Santa Creu, la Casa de Convalescència o el Col·legi de Cirurgia) e instituciones religiosas (Sant Pau del Camp o Sant Agustí). Las murallas no desaparecieron hasta mediados del s. XIX, y es por eso que el barrio, cuyo número de habitantes creció considerablemente entre los siglos XVIII y XIX, se convirtió en poco tiempo en un área densa, con una población que vivía en condiciones de insalubridad en edificios altos construidos formando un apretado entramado de calles que favorecía unas malas condiciones de vida; la pobreza del barrio facilitó la aparición de actividades delictivas y de prostitución.

A finales del s. XX se inició un proyecto de rehabilitación del Raval: se abrieron espacios con el derribo de edificios en las zonas más densamente pobladas, se construyeron algunos edificios y se aprovecharon otros para convertirlos en equipamientos culturales, como por ejemplo el Museu d’Art Contemporani de Barcelona, la Facultat de Geografia i Història de la Universitat de Barcelona o la Filmoteca de Catalunya.

Estos equipamientos culturales se sumaron a los que ya existían y que tenían su sede en aquellas antiguas instituciones hospitalarias: la Biblioteca de Catalunya, la Reial Acadèmia de Medicina y el Institut d’Estudis Catalans, situados en el complejo formado por el antiguo Hospital de la Santa Creu, el antiguo Col·legi de Cirurgia y la Casa de Convalescència, esta última situada justo en frente de la sede de la Institución Milá y Fontanals de Investigación en Humanidades con un puente que une el actual jardín Mercè Rodoreda con el primer piso de la sede de la IMF.

Estas últimas décadas el Raval ha ganado una nueva dimensión cultural con la llegada y el establecimiento en el barrio de personas provenientes de todos los puntos del planeta. Se ha constituido como el barrio más plurilingüe de Barcelona: en sus calles se hablan decenas de lenguas entre las que podemos contar el tagal y el ilocano (Filipinas), el penyabí y el urdu (India y Pakistán), el amazig y el árabe (Marruecos), el quechua (Perú, Bolivia, Ecuador), el soninke, el mandinga o el fula (Senegal, Gambia).

El nombre

En el momento de la fundación, en 1968, del nuevo centro de humanidades que era resultado de la unión de los centros que el CSIC en Barcelona, se eligió el nombre de Manuel Milà i Fontanals para designarlo. El 7 de abril de 1970, en la reunión celebrada con motivo de San Isidoro, patrón del CSIC, Jordi Rubió i Balaguer exaltó el nombre de Milà i Fontanals para el nuevo centro de humanidades: el nombre escogido, según Rubió i Balaguer, debía resumir la labor que se llevaría a cabo desde la IMF, y Milà i Fontanals había sido clave en los estudios de la lengua y la historia literaria del país y, además, se había erigido como una figura importante en el estudio de la lengua catalana.

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Manuel Milà i Fontanals nació en 1818 en Vilafranca del Penedès y murió en 1884 en el mismo municipio. Aún era pequeño cuando la familia se trasladó a Barcelona, donde pudo estudiar humanidades, latín y filosofía. En 1933 empezó sus estudios de Filosofía y Derecho en la Universidad de Cervera, finalizándolos en Barcelona. También estudió economía, matemáticas e idiomas. Inició su actividad literaria en 1836, año en que empezó a colaborar, con poemas escritos en castellano y algún artículo de opinión, en El Vapor y El Propagador de la Libertad. Poco después recogió sus primeros trabajos en Algunos estudios literarios y se trasladó a París para estudiar manuscritos de poesía provenzal. En 1845 se doctoró en filosofía y letras, y en 1846 ganó la cátedra de literatura en la Universitat de Barcelona.

Fue muy prolífico: en cuanto al estudio literario, se dedicó a la canción tradicional catalana, a la poesía épica castellana, a la poesía trovadoresca, a la novela caballeresca y a las crónicas medievales catalanas, a la poesía popular italiana, occitana y gallega y a la literatura alemana e inglesa. También escribió crítica literaria, y se dedicó al estudio de la dialectología catalana. Presidió dos veces los Jocs florals (1859 y 1883), y fue presidente de la Academia de Buenas Letras de Barcelona (1861-1878). Colaboró con la prensa periódica y especializada de la época con artículos de opinión, traducciones, trabajos de historia y poesías, escritas la mayoría de ellas en catalán. Intervino en las polémicas en cuanto a la unificación de la ortografía, y se preocupó por la introducción de la lengua catalana como vehículo de comunicación científica. Este argumento lo esgrimió Jordi Rubió i Balaguer al defender su nombre para representar la labor que se había de llevar a cabo en la IMF:

En los estudios sobre literatura catalana publicados por nuestra institución, la lengua catalana debe recuperar su debido honor y el lugar que le corresponde. Ya es un sujeto de estudio. Sería ilógico que no se utilizara como vehículo transmisor de estos estudios.

Personas destacadas

Jordi Rubió i Balaguer (1887-1982)

Filólogo e historiador

Higini Anglès (1888-1969)

Sacerdote y musicólogo

Lluís Pericot (1899-1978)

Arqueólogo y prehistoriador

Marià Bassols de Climent (1903-1973)

Filólogo latinista

Emilio Sáez Sánchez (1917-1988)

Historiador medievalista

Joan Vernet Ginés (1923-2011)

Arabista e historiador de la ciencia

Maria Teresa Ferrer i Mallol (1940 - 2017)

Historiadora medievalista

Jaume Josa i Llorca (1954-2012)

Biólogo e historiador de la ciencia

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